domingo, 20 de abril de 2014

De Madrid al Cielo.

De Madrid al cielo.

.Con un grupo de buenos amigos, en el MAPOMA del 28 de abril de 2013.



Cuando esto escribo, una soleada mañana alicantina del 21 de abril de 2014, lunes, estoy ya casi a las puertas de mi quinto MAPOMA, mi quinta participación en la Maratón de Madrid.

Las anteriores fueron en 2008, 2010, 2011 y 2013.

Siempre terminando con muy buenas sensaciones, sin obviar el lógico sufrimiento de este tipo de pruebas.

Mi mejor marca fue la del año 2010, con 3h55m.25s., a un promedio de 5:34 minutos/Kilómetro.

En las tres últimas ediciones fui en grupo, en el autobús de Totum Sport/Laboratorios Quinton, con compañeros alicantinos, ilicitanos, crevillentinos y murcianos, entre otros.

Son ya 30 los maratones y ultramaratones que he corrido, oficialmente.

Madrid me trae muchos recuerdos, de distintas etapas de mi vida. Un resumen:

.En los años sesenta, reválida de la Carrera de Turismo, en la Escuela Oficial de Turismo, obteniendo el título superior de la Carrera.

.En los años setenta, asistencia al Congreso Nacional de Pedagogía.

.En los años 80, lectura de mi tesis doctoral en Pedagogía en la UNED, oposiciones a inspector de educación (con el número 9 nacional, con un programa de 500 temas, patanegriano, porque luego,....).

.Y otros muchos y gratos momentos, como el recoger premios nacionales de ensayos pedagógicos, apertura de una sede de ACEP, cursos diversos,...

MAPOMA es especial. Esos paracaidistas, con el paracaídas con los colores de nuestra enseña, ese escuadrón de élite de aviación, con sus maniobras prodigiosas, esos miles y miles de atletas que inundan la capital de España de color y entusiasmo, esos amigos entrañables,...

De Madrid al cielo.

MAPOMA me emociona. Cuando escucho a los gaiteros, me acuerdo de esas brumas gallegas, ferrolanas y puentendeumienses, donde vivió en su infancia y juventud mi madre, esa primera fan que me animó en  mis carreras hasta el año 2006 en que siguió haciéndolo, pero ya en las alturas etéreas cielianas siexistentes,...

Y de mi padre, que amaba a Madrid, y con quien hice varios viajes cortos a la capital hispana. Y del Doctor Fernández Huerta, mi director de tesis y mi ídolo pedagógico.

Madrid, donde nació el Zapatones de Hortaleza, donde el Atlético de Madrid juega  en su estadio del Manzanares (¡qué manera de ganar, qué manera de sufrir,...!).

¡Tantos y tantos amigos feisbukianos y blogeros en la Villa del Oso y el Madroño!

La Feria de la Pasta,...

Será sin duda para mí, una carrera mágica, en la que correré emocionado, enervado, por las calles capitalinas, con la mente y el cuerpo al servicio de esos grandes valores que rezuma el deporte-rey.

El cielo se toca, casi, ya, con las manos,...

Seamos felices haciendo felices a los demás.


Gesualdo Nosengo y el personalismo pedagógico.




Puede parecer que el tema de los valores educativos y pedagógicos, tiene un interés colateral para el mundo de los corredores y de las carreras a pie.

Sin embargo, si analizamos lo que es y significa la educación en valores, fácilmente comprenderemos que el running y la axiología (teoría de los valores) están estrechamente conectados y  hermanados.

El corredor, difunde valores y, al tiempo, es receptor de los mismos, pues en la carrera todo el ambiente está impregnado de ellos. Se rezuma amistad, compañerismo, solidaridad, esfuerzo, afán de superación,...



Es como una corriente doble, hacia afuera, repartiendo los corredores valores en su torno, y hacia dentro, imbuyéndose de  elementos axiológicos y constructivos.

Por eso, la pedagogía personalista, esa corriente educativa tan profunda y necesaria, afecta al runner.

En  mis estudios de Pedagogía y en mis posteriores conferencias y clases, he tratado del personalismo. Sin embargo, a uno de sus principales representantes, el italiano Nosengo, apenas si lo he mencionado ante mi auditorio, de asistentes a charlas, o de discentes. Quisiera reparar esta pequeña "falta", tratando ahora del gran educador, maestro italiano, pedagogo de mucha categoría, que reivindicó el amor a la verdad y a la justicia en una educación, que tanta falta hace hoy en día, en los convulsos tiempos de decadencia y cambio de ciclo que atravesamos.

¿Hacia un  mundo mejor? Esperemos.

En la llamada "educación personalizada", una de las grandes corrientes en el campo de la pedagogía y la enseñanza, hay una sólidas bases asentadas en torno a dos importantes núcleos, el humanismo espiritualista (con Spalding, Dévaud y Poveda) y el pensamiento personalista.



En este último núcleo, a su vez, distinguimos dos ramas, el personalismo filosófico (con Mounier y Lacroix) y el personalismo pedagógico.

En la rama del personalismo pedagógico, es donde debemos situar al italiano Gesualdo Nosengo (1902-1968), junto a los otros dos grandes pensadores, Stefanini y Maritain.




Elabora Nosengo toda una completa teoría personalista de la educación, donde cobra importancia esencial el cultivo de los valores humanos. Su teoría personalista de la educación, quiere superar, mediante una especie de "síntesis creadora", la antinomia constituida por las teorías sociologista e individualista. En este sentido, el pedagogo de San Damiano d´Asti enumera sus trascendentales "diez principios del personalismo".



El pedagogo italiano, compañero de Aldo Agazzi y de Luigi Stefanini, es autor de obras trascendentales para el devenir de la educación, y que son "La persona humana y la educación" (acaso su obra cumbre), "La educación moral del joven", "Una nueva educación para una nueva sociedad", "Libertad y vida" y "Creer y vivir" (entre otras).

Fundador del UCIIM e impulsor de la Institución Javeriana.



Su teoría personalista de la educación, se conecta hondamente con con las concepciones, en esta línea, del francés Pierre Faure, del italiano M.F. Scciaca y del español Víctor García Hoz. Asimismo, muchos estudiosos del tema incluyen en este campo, a Maritain.

Aboga el doctor Nosengo, por la defensa y desarrollo de estos principios: a)la pedagogía de la persona. b)la pedagogía activa. c)la escuela, como servicio a la verdad. d)el combate a la irresponsabilidad de lo social. e)la formación del educador. f)la acción educativa, como una necesidad para la civilización.





Por tanto, apreciamos la gran trascendencia que se concede, en esta teoría personalista, al cultivo de los valores y al desarrollo del alumno como persona.









En una educación integral, educadores y educandos son partes esenciales. Una buena formación del educador, supone una  buena formación del alumno, y esta educación de calidad redunda en el perfeccionamiento de la sociedad, en un sentido no-materialista, espiritual y trascendente.

 Estamos ante uno de los grandes pensadores del personalismo educativo, tan necesario en la sociedad de nuestro tiempo.